viernes, 27 de agosto de 2010

EL OSO POLAR EN PELIGRO DE EXTINCIÓN

El oso polar está catalogado por la UICN como vulnerable, estimando su población mundial entre 20.000 y 25.000 ejemplares. La población de la bahía de Hudson occidental y del sur del mar de Beaufort está en retroceso como consecuencia del deshielo.
No hay duda alguna que el calentamiento global está destruyendo el hábitat natural del oso polar. Distribuido en 19 poblaciones, los peligros a los que se enfrentan estos grandes úrsidos son:
1..El cambio climático.
El aumento de la temperatura de la Tierra  tiene como consecuencia la alteración de las capas de hielo marino, lo que sin duda perjudica al oso polar en el acceso a sus presas, en concreto  las  focas. El retraso en la formación del  hielo causa que los osos tengan que permanecer en la costa más tiempo sin poder salir a cazar las focas  a sus  respiraderos.
La consecuencia inmediata es que a menos alimento se produce la caída de la tasa de natalidad y el nacimiento de oseznos de bajo peso que no consiguen sobrevivir a los primeros meses de vida. Por otro lado hay que señalar que la depredación de machos adultos sobre oseznos no es una causa del cambio climático, puesto que este comportamiento, similar en otras especies, tiene más que ver con la inducción del celo en la hembra y así poder aparearse, que con la búsqueda de alimento. Lo que sí podríamos decir es que como consecuencia del calentamiento del planeta, la tardía formación de la capa de hielo marina causa la permanencia de las hembras con sus cachorros en la costa durante periodos más largos, lo que origina mayor frecuencia de encuentros entre los machos y las osas con sus cachorros y, por lo tanto, un aumento en los casos de canibalismo sobre los oseznos.
2..Los contaminantes.
Los compuestos organoclorados son sustancias químicas en la que alguno o todos los átomos de hidrógeno asociados a los de carbono son sustituidos por átomos de cloro, dando origen a productos altamente contaminantes debido a su persistencia en el medio ambiente. La distribución de estos compuestos en el medio ambiente se produce a través del aire, el suelo y el agua. Estas sustancias tienen utilidades en barnices, aislantes, plásticos y pesticidas. Muchos de estos compuestos están prohibidos en la actualidad, pero su lento periodo de biodegradación y que muchos excedentes de estas sustancias se siguieron vendiendo al tercer mundo, a pesar de su prohibición vendiendo al tercer mundo y por lo tanto, utilizados hoy, hace que todavía se encuentren presentes en nuestro entorno. Los organoclorados tienen la  propiedad de ser muy estables, lo que permite al aire y al agua transportar a estos compuestos durante largas distancias y alcanzar el ártico. Los insecticidas organoclorados, como el DDT,  causan  efectos a largo plazo en los vertebrados  puesto  que se acumulan  en los tejidos grasos del organismo además de tener la capacidad de atravesar la placenta y afectar al feto. En el ártico la fauna  depende de  las reservas  de grasas, por lo que la acumulación de estos venenos es mayor en cada escalón de la cadena trófica. En el caso del oso polar, que se encuentra en la cúspide de esta cadena, la acumulación de estos compuestos químicos es elevada. Existen estudios que alertan de que osos con altos indices de estas sustancias cuentan con un sistema inmunológico débil, lo que significa que estos osos son mucho más sensibles a enfermedades. También se ha comprobado que el sistema endocrino también se ve afectado, lo que se traduce en alteraciones en el ciclo reproductivo y en el crecimiento. Por otro lado los oseznos también absorben estos compuestos a través de la leche materna, lo que podría generar una mayor mortalidad en cachorros cuyas madres tienen un alto nivel de estas sustancias químicas. También la intoxicación por estos compuestos tendría que ver con una mayor excitabilidad en el comportamiento, y por lo tanto, una mayor agresividad.
3..Actividad petrolera. 
Una mayor actividad petrolera en el ártico genera ciertos peligros para la fauna que habita esta región polar. Por un lado, un mayor número de barcos petroleros en estas aguas incrementa el riesgo de vertidos, con las consiguientes consecuencias para la fauna. Por otro lado tenemos que considerar un aumento de la presencia humana en los territorios del oso polar, lo que igualmente incrementa las posibilidades de encuentros con este animal, con los riesgos que supone tanto para el hombre como para el propio oso. 
Se ha comprobado que los osos polares son muy sensibles a las molestias, por lo que los estudios geológicos que se realizan en las exploraciones petroleras si se llevan a cabo en áreas próximas al territorio de cría, una osa podría abandonar el cubil y en el caso de tener  esta podría dejarlo y en el caso de tener algún cachorro también abandonarlo. 
4..La caza.
Aunque el oso polar se encuentra en peligro, su caza es permitida en Canada, Groenlandia, Alaska y algunas áreas del Este de Rusia. El número aproximado de animales cazados equivale a un 2 ó 3% de la población total, esto es entre 500 y 700 osos. Estas cifras de caza se establecen en cupos, teniendo en cuenta la población de estos animales en cada región. Por otro lado, las hembras con cachorros quedan excluidas de la caza, siendo los machos los ejemplares a abatir teniendo en cuenta el potencial reproductivo. La mayor parte de los permisos de caza se autorizan a la población indígena, ya que la caza del oso polar por parte de los indígenas tiene que ver con aspectos culturales y de supervivencia más que con acciones comerciales, aunque la venta de artesanía realizada con cuero y huesos aporta ingresos económicos extra . Por otro lado, los permisos para la organización de cazas comerciales sólo está permitido en Canada y los animales a abatir se contabilizan dentro de los cupos autorizados de extracción de estos animales. Los ingresos por esta actividad son muy elevados y una fuente económica importante para las comunidades locales donde se desarrolla esta actividad. 
En Noruega y el Oeste de Rusia, la caza de osos polares sólo se autoriza cuando pueden llegar a ser un problema de seguridad. La proliferación de basureros atrae a los osos a las ciudades, pudiendo crear problemas de convivencia entre humanos y úrsidos. Por otro lado, la caza furtiva no parece ser un problema.
5..El turismo incontrolado.
El turismo en las regiones polares está incrementándose, con el aumento de los encuentros de los osos con los humanos, lo cual puede poner en peligro la vida de los turistas y de los propios osos. Es una realidad que los osos polares son muy curiosos y tienden a acercarse a todo elemento desconocido para el: motos de nieve, lanchas, tiendas de campaña, etc. La mayoría de los acercamientos de estos animales no son más que aproximaciones con la intención de satisfacer su curiosidad, lo cual puede ser mal interpretado por inexpertos visitantes y por lo tanto disparar a los osos y matarlos.
Es una realidad que los viajeros que nos adentramos en el hábitat del oso lo hacemos con la intención de avistar a estos animales, aproximándonos en motos de nieves y otros vehículos, a muy cortas distancias. El impacto de estas aproximaciones sobre los osos es desconocido, pero de lo que no hay duda es del acoso al que se ven sometidos por fotógrafos, profesionales o aficionados, carentes de sensibilidad y ética. Estas persecuciones pueden derivar en el fracaso en la caza, lo que puede llegar a ser un grave problema en el caso de tratarse de hembras con cachorros, e incluso del abandono de alguno de ellos. Por estas razones, Viajes Planeta Azul trata de sensibilizar a nuestros viajeros para que la experiencia sea positiva tanto para el viajero, como para la conservación de esta especie amenazada.